Él es rápido, piensa en imágenes claras;
yo soy lento, pienso en imágenes rotas.

Él se vuelve obtuso, confía en sus imágenes claras;
yo me vuelvo agudo, desconfío de mis imágenes rotas.

Confiando en sus imágenes, él da por hecho su acierto;
desconfiando de mis imágenes, yo dudo de su acierto.

Dando por hecho su acierto, él da por hecho el hecho;
dudando de mi acierto, yo dudo del hecho.

Cuando el hecho le falla, él duda de sus sentidos;
cuando el hecho me falla, yo apruebo mis sentidos.

Él continúa rápido y obtuso en sus imágenes claras;
yo continúo lento y agudo en mis imágenes rotas.

Él en una nueva confusión de su entendimiento;
yo en un nuevo entendimiento de mi confusión.

Robert Graves
En imágenes rotas
de Cien poemas, 1981

domingo, 10 de julio de 2011

Derecha, izquierda y todos los demás.

Conjeturo que los constituyentes franceses de 1792 se sorprenderían de la importancia que, más de doscientos años después, mantiene en política la posición que jacobinos y girondinos ocupaban en las gradas de la Asamblea en relación a su Presidente. Que las posiciones políticas son de izquierda o de derecha - como mucho, “de centro”- parece hoy algo inevitable, propio de la naturaleza de las cosas.

Pero lo que en aquellos febriles días pertenecía al reino del futuro forma parte de nuestro pasado. Mucho se ha pensado y escrito en filosofía y política en los últimos doscientos años, y los siglos XIX y XX funcionaron como un enorme laboratorio social en el que los supuestos de distintas doctrinas se aplicaron al gobierno de sociedades reales. Ningún pensador honesto puede, conociendo estos hechos, sostener que derecha e izquierda son hoy categorías tan obvias como en los tiempos de la revolución francesa.

El diagrama de Nolan es un ejemplo de los matices que hoy pueden reconocerse en las posiciones políticas de personas y partidos. Si representamos en un sistema de coordenadas nuestras concepciones acerca de la libertad individual y la libertad económica – dos aspectos centrales de toda teoría política- aparecen al menos cinco posiciones bien definidas:

Un ejemplo ayuda: Es sencillo ubicar a la derecha del esquema tradicional a personas que se oponen por igual a la intervención del estado en la economía, a la legalización de las drogas y a las posturas evolucionistas, y a la izquierda a los que sostienen el “combo” opuesto. ¿Pero que pasa si alguien se opone a la intervención del estado en la economía y está a favor de legalizar las drogas y de las teorías evolucionistas? Este esquema da una oportunidad a los que pensamos “todo mezclado”. ¿Le gustaría saber donde queda usted parado? Hay un rápido test para averiguarlo.

Más importante que describir la diversidad de posiciones políticas es tratar de explicarla. En ese sentido Thomas Sowell, pensador norteamericano apenas conocido en el mundo hispanohablante, propone que, en el sustrato profundo de las diferencias políticas, existen distintos supuestos básicos acerca del mundo y las personas, a los que denomina “visiones”.

Sowell se centra en dos visiones opuestas del hombre, que denomina visión restringida y visión no restringida. Otro autor contemporáneo, Steven Pinker, las llama visión trágica y visión utópica, respectivamente. La primera tiene un concepto poco halagüeño de la naturaleza humana: las personas tienen limitaciones morales e intelectuales inherentes, y no hay razones para creer que eso puede cambiar. Para la segunda visión, las personas tienen un potencial que apenas empezamos a desarrollar, y pueden y deben buscar conscientemente su perfeccionamiento y el de la sociedad.

A partir de esta premisa inicial, Sowell explora las consecuencias en su libro Conflicto de visiones. Así, para los defensores de la visión utópica, la comprensión y la responsabilidad de cada persona deben crear voluntariamente el bien de la sociedad. Para los que ven el mundo con la visión trágica, la conducta socialmente beneficiosa es casi siempre un subproducto involuntario de la respuesta de las personas a los incentivos. La visión utópica cree que los problemas pueden solucionarse, y que si no lo hacemos es por culpa de oscuros intereses, cuando no de nuestra desidia y falta de voluntad. La visión trágica considera que a lo más que puede aspirarse es a transacciones razonables.

Para los partidarios de la visión trágica, las costumbres e instituciones sociales destilan siglos de sabiduría colectiva alcanzada tras un doloroso proceso de ensayo y error, y no es prudente intentar modificarlas radicalmente sin desencadenar un sinnúmero de consecuencias inesperadas e indeseables. La visión utópica confía en cambio en las ideas explícitas de las mentes privilegiadas para rediseñar los sistemas sociales en la búsqueda directa del bien común. La visión restringida le responde con aquello de que “el camino del infierno está pavimentado de buenas intenciones”. No cree que se pueda ni se deba exigir resultados “buenos” (por ejemplo, mayor igualdad social) sino que lo que debe hacerse es garantizar procesos “buenos” (por ejemplo, igualdad de oportunidades).

Es probable que, a primera vista, la visión restringida se asocie con la derecha política y la visión no restringida con la izquierda. Pero un breve análisis de los fenómenos políticos del siglo XX nos disuade de inmediato. El fascismo y el nazismo, expresiones extremas de la derecha política, eran sin duda visiones utópicas que intentaron rediseñar la sociedad. Y también lo fueron las revoluciones comunistas de Rusia, China o Camboya, con sus intentos de ingeniería social radical y su búsqueda del “hombre nuevo”.

El análisis político de la primera década del siglo del siglo XXI insiste en encajar toda opción política en el rígido molde izquierda/derecha. No tiene sentido. Disponemos de información y teoría suficientes para categorizar las opciones políticas de manera más realista. Y lo mejor: podemos empezar a comprenderlas y a evaluarlas a la luz de lo que aprendemos acerca de nuestra propia naturaleza. Después de todo, como escribió alguna vez J. Madison ¿Qué es el gobierno sino la mayor reflexión sobre la naturaleza humana?

2 comentarios:

  1. Me gustó tu artículo, te invito a visitar mi blog en el que podrás leer mi publicación relacionada, INDIVIDUALISMO Y COLECTIVISMO: DOS POLOS DE LO MISMO http://tormentadelsur.blogspot.com/search/label/COLECTIVISMO%20O%20INDIVIDUALISMO%3A%20DOS%20POLOS%20DE%20LO%20MISMO y el gráfico 5 DRAMAS DE CONTROL http://tormentadelsur.blogspot.com/2011/07/5-dramas-de-control-dibujo.html. Para compartir coincidencias y discutir diferencias. Un abrazo.

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  2. Pablo me encontré con tu Blog de casualidad,te felicito, es una buena forma de expresión de ideas y pensamientos, aunque un poco restringido en la llegada a los demás. Acompaño tus pensamientos ,y admiro tu narracion, sobre todo para personas como yo que nos cuesta declarar con palabras justas y adecuadas lo que pensamos respecto de un determinado tema , Esperamos mas temas para la discusion y el dialogo. Un abrazo

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